Silvia Battaglia

Where did I read that? Some ways of keeping track of your sources



Where did I read that? Some ways of keeping track of your sources

When writing a paper, project or thesis, who has never thought of the perfect quote for

a section, and immediately wondered… “Wait… Where did I get this from?” That is way more

common that you think and, unfortunately, that situation can make us lose the perfect phrase

for our work, because if we cannot cite it, we cannot use it! In a previous post, we talked about

the dangers of plagiarism. Now, we will discuss some useful tools to keep track of your sources

while doing research, to avoid uncomfortable situations.

Before choosing the method that best fits your needs (and your habits), it is good to have

an idea of the framework your research will need. In other words, when preparing your

literature review, you should have an outline of the topics and subtopics you will be reading

about. It does not need to be a definitive outline, this will most likely change a lot from the first

version, but it is useful to keep your thoughts organized throughout the process. Now, why is

this important? Basically, depending on the length and complexity of your research project, you

may end up with a considerable number of sources and, even if you keep record of all of them,

it will still be really complicated to find exactly what you need in, say, a list of fifty or a hundred

(or more) articles and books. But if you have a list of main topics and subtopics, that will allow

you to sort your sources and classify them in a way that will make them easier to navigate.

Now, once you have an idea of how you would classify your sources, you can move on to

choosing a good method for registering them. First, you have a choice between physical and

electronic source-tracking tools. Each of them has their advantages and disadvantages. First, let

us talk about the physical methods.

The physical methods for tracking sources imply handwriting information, notes and

summaries. You can do this in a notebook, for example, or you can use index cards. Each source’s

information and notes should be in a separate page (if using a notebook) or in a new index card.

It is also crucial that you write down all the information of the article (i.e., the full citation) on

top of each index card or page (University of Toronto 2017). The advantage of this method is

that, for some people, handwriting notes helps them organize their thoughts and improve

creativity. The disadvantage is related to storage space, since, as you start new projects, papers

with citations start piling on. So, both of these factors should be considered, if this is the method

you prefer. Next, we will briefly discuss a couple of electronic methods.

There are several alternatives, for storing sources electronically. I have personally used a

couple of them, Zotero (Roy Rosenzweig Center for History and New Media) and Mendeley

(Elsevier). In both cases, you can use them creating an account or downloading their apps to

work from your desktop, for free. This type of software has several advantages. First, you can

upload and store in Zotero or Mendeley the sources you are using (e.g., pdf of articles, book

chapters, etc.), so you have everything in one place. Second, you can organize all your files into

folders, so within your library you can separate projects and topics, and subtopics within them

(as we previously discussed). Third, you can make notes, add comments and highlight passages

of the pdf files within the apps themselves, which is quite useful so you do not have the articles

in one place and your notes in a different one. Finally, these applications allow you to share

sources with a research team, and you can make notes and comments on them just for yourself,

or sharing them with a group of people.

In conclusion, we saw there are several ways of keeping track of all the sources you

consult when doing research. Here we covered just a couple of basic examples, but there are

other tools out there that will help you keep things organized when preparing a literature

review. It does not matter which tool you choose, just make sure you find the one that best suits

your needs and habits. Any way you decide to do it, make sure you do it! It will save you a lot of

time, trouble and headaches!

 

Key words: sources – bibliography – literaturee review – citation – research – source tracking –

source organization – index cards – plagiarism – source-handling software

 

                                                               ¿Dónde leí eso?

 

 

Algunas maneras de llevar registro de tus fuentes

 

Cuando escribimos un trabajo, proyecto o tesis, quién no ha pensado en la cita perfecta

para una sección, e inmediatamente se preguntó…. “Esperá…. ¿De dónde saqué esto?”. Esto es

mucho más común de lo que uno cree y, desafortunadamente, esta situación puede hacernos

perder la frase perfecta para nuestro trabajo, porque si no podemos citarla, ¡no podemos usarla!

En un post previo, hablamos sobre los peligros del plagio. Ahora, vamos a discutir algunas

herramientas útiles para llevar registro de todas las fuentes consultadas, para evitar situaciones

incómodas.

Antes de elegir el método que va mejor con tus necesidades (y tus hábitos), es bueno

tener una idea del marco teórico que va a necesitar tu investigación. En otras palabras, al

preparar la revisión de la literatura, deberías tener un esquema de los temas y subtemas sobre

los que vas a leer. No hace falta que sea el esquema definitivo, porque seguramente va a ir

cambiando mucho desde la primera versión, pero igual es útil para organizar tus pensamientos

durante el proceso. Ahora bien, ¿por qué esto es importante? Básicamente, dependiendo del

tamaño y la complejidad de tu proyecto de investigación, puede que al final tengas un número

considerable de fuentes y, aunque hayas llevado registro de todas ellas, igual va a ser muy

complicado encontrar exactamente lo que se necesita en una lista de cincuenta o cien (o más)

artículos o libros. Pero, tener una lista de los temas principales y subtemas ayuda a ordenar tus

fuentes y clasificarlas de tal manera que sea más fácil manejarlas.

Ahora bien, una vez que tengas una idea de cómo clasificarías tus fuentes, podemos pasar

a elegir un buen método para registrarlas. Primero, se puede optar entre herramientas de

registro físicas y electrónicas. Cada una de ellas tiene sus ventajas y desventajas. Primero,

hablemos sobre los métodos físicos.

Los métodos físicos para registrar fuentes implican escribir a mano información, notas y

resúmenes. Esto se puede hacer en un cuaderno, por ejemplo, o se pueden usar fichas

bibliográficas. La información y las notas de cada fuente se deben registrar en una página aparte

(si se usa un cuaderno) o en una ficha nueva. También es crucial escribir toda la información del

artículo (es decir, la cita completa) encabezando cada ficha o página (University of Toronto

2017). La ventaja de este método es que, para algunas personas, escribir las notas a mano las

ayuda a organizar sus pensamientos y mejorar la creatividad. La desventaja está relacionada con

el espacio de almacenamiento, ya que, cuando vas empezando proyectos nuevos, los papeles

con citas y notas se empiezan a acumular. Entonces, estos dos factores deberían tenerse en

cuenta, si este es el método preferido. A continuación, discutiremos brevemente un par de

métodos electrónicos.

Hay varias alternativas para almacenar fuentes electrónicamente. Yo personalmente he

usado un par de ellas, Zotero (Roy Rosenzweig Center for History and New Media) y Mendeley

(Elsevier). En ambos casos, se pueden usar creando una cuenta o descargando la aplicación para

trabajar desde el escritorio, de forma gratuita. Este tipo de software tiene varias ventajas. En

primer lugar, se pueden subir y guardar en Zotero o Mendeley las fuentes que se están usando

(por ejemplo, los pdf de artículos, capítulos de libros, etc.), así está todo junto. En segundo lugar,

los archivos se pueden organizar en carpetas, entonces en tu biblioteca pueden separarse los

distintos proyectos y temas, así como los subtemas dentro de cada uno (como habíamos dicho

previamente). En tercer lugar, se pueden hacer notas, agregar comentarios y resaltar frases en

los archivos pdf directamente dentro de las aplicaciones, lo cual es bastante útil para no tener

los artículos en un lugar y las notas en otro. Finalmente, estas aplicaciones te permiten compartir

fuentes con un equipo de investigación, y se pueden hacer notas y comentarios para uno mismo,

o compartirlos con un grupo de gente.

En conclusión, vimos que hay varias maneras de llevar registro de todas las fuentes que

se consultan haciendo investigación. Aquí solo hemos hablado de algunos ejemplos básicos,

pero hay otras herramientas que pueden ayudarte a mantener todo organizado para preparar

una revisión de la literatura. No importa qué herramienta elijas, pero hay que asegurarse de

encontrar la que mejor se adapte a tus necesidades y hábitos. Más allá del método que

prefiramos, ¡lo importante es hacerlo! ¡Esto te va a ahorrar mucho tiempo, problemas y dolores

de cabeza!

Palabras claves: fuentes – bibliografía – revisión de la literatura – cita – investigación – registro

de fuentes – organización de fuentes – fichas bibliográficas – plagio – software para manejar

fuentes.

Sources / Fuentes

Elsevier. Mendeley. Retrieved from: / Obtenida de: https://www.mendeley.com/ [Feb. 24th

2018].

Roy Rosenzweig Center for History and New Media. Zotero. Retrieved from: / Obtenida de:

https://www.zotero.org/ [Feb. 24th 2018].University of Toronto. 2017. Citing sources/ Create your bibliography. Retrieved from: /Obtenidade:https://guides.library.utoronto.ca/c.php?g=251103&p=1673070 [Feb. 23rd 2018]